Como madre nunca pensé que unos chupetes me traerían algunos dolores de cabeza, como por decirlo así. Mi esposo desde que mi bebe estaba en el vientre le mando a personalizar sus chupetes con su nombre y aunque tenia varios, por ser estos según, especiales por ese detalle sólo le colocaba esos. Desde el primer día de nacido siempre fueron los mismos pero con la idea de en un tiempo cambiárselo y más a medida que fuera creciendo. La idea principal era hacer el cambio a los 4 meses porque los chupetes eran de o a 3 meses, pero hay comenzó a erradicar el problema, mi chiquito se acostumbró y se acomodó tanto a ellos que nada que los quería dejar, así pasaron cerca de los 7 meses con ellos.
Utilizamos varios métodos para que agarrara los nuevos, pero cada intento era fallido, porque mi bebe le daba vasca el sabor del nuevo chupete, o les sentía más grande la tetina y de una lo rechazaba. Probamos con untarse los con la leche que tomaba, se los hervíamos para hacerlos más blando, le compramos chupetes iguales a los que tenia para confundirlos, dormido o en juegos se los cambiaba para ver si los agarraba y siempre terminaban en el suelo porque apenas los sentía los escupía y allí mismo venía el llanto por sus chupetes viejos, de siempre.
Alguien que me oyó con ese problema, me aconsejo algo muy bueno y muy practico y que al final después de tanta lucha resulto ser lo más efectivo para lograr el objetivo que quería, que agarrara los nuevos chupetes.
Esa persona me aconsejo que en donde le tenia amarrados sus chupetes viejos le pusiera varios de los nuevos entre ellos los igualitos y se los dejara allí, para que cuando el fuera a meterse lo él mismo lo hiciera y no se percatara que lo querían engañar. Al principio era cosa de risas ver como hacia la cara cuando por equivocación tomaba uno de los nuevos, de una lo echaba fuera de su boca y hacia cara de asco, pero poco a poco se fue acostumbrando a sentirlo mejor y fue aceptando el cambio y más porque yo le cambie uno de los viejo por dos de los nuevos y de a poco le remplace el otro.
Hoy gracias a ese sabio consejo mi chiquito, ya usa sus chupetes nuevos y yo estoy más tranquila porque sé que así puedo evitar cualquier cosa en él, porque cuando toque cambiar los que ahora usa, me será más fácil con este nuevo método.
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